Con Silvina Mentasti presentamos este trabajo al congreso de ALAIC 2020
Actualmente (y desde hace algunas décadas) muchos de los diferentes fenómenos que tienen lugar en nuestra sociedad han resultado alterados en distintas formas específicas de acuerdo a la existencia de los medios de comunicación. Eliseo Verón (2001) afirma al respecto que las prácticas sociales (modalidades de funcionamiento institucional, mecanismos de toma de decisión, hábitos de consumo, conductas más o menos ritualizadas, etc.) se transforman por el hecho de que hay medios” (p. 40). Indudablemente, el desarrollo acelerado e ininterrumpido de las TICx ha incrementado el proceso que Verón denomina “mediatización” de las sociedades postindustriales.
Al momento en que el autor realiza el análisis, la televisión ocupaba un papel central en este proceso de acuerdo a la incorporación de nuevos registros significantes adicionales a su discursividad que no se encontraban en los formatos discursivos característicos de medios precedentes. En la actualidad, la masificación de Internet y la utilización por parte de la ciudadanía de sus plataformas digitales ha transformado profundamente el paisaje mediático que Verón había desarrollado. El avance de los medios digitales ha sido tan amplio que incluso la política se ha insertado en ellos. Dicha inserción de lo político en medios con base en Internet empieza a delinear una nueva fase de la mediatización (Carlón, 2015; Carlón, Fraticelli, Slimovich y Jiménez, 2016).
Al respecto de esta digitalización de lo político hay dos cosas en las cuales creemos necesario focalizar y las cuales desarrollaremos en este trabajo. En primer lugar consideramos fundamental poner atención al uso que hacen los políticos de las plataformas digitales y, por otro lado, a las acciones que promueven el ejercicio de la ciudadanía en el ámbito digital y las nuevas formas de militancia social atravesadas por las tecnologías por parte de los sujetos.
Para el desarrollo de este análisis, el abordaje metodológico será fundamentalmente cualitativo dado que partirá de la recolección de la evidencia arrojada por las redes sociales para visualizar las formas de utilización de las mismas en las campañas políticas y la militancia social consecuente, que podríamos definir como ciberactivisimo, el cual Rodríguez (2019) define como la autoproducción y, a través de la viralización, a la reproducción de la protesta por medio de la publicidad que adquieren los discursos privados de los manifestantes en el espacio público, ampliado tanto por los mismos medios sociales como por la replicación de los medios tradicionales. (p. 167)